noviembre 01, 2007

I

Sábanas blancas arrugadas y con olor a Omo, aroma a café de grano y tostadas, vienen del comedor. El ambiente es cálido y siento el roce entre mis piernas suaves; parece que vale la pena la depilación con la Quenita mes a mes. Mis pies caen en la alfombra roja que tanto mi marido critica; es un exceso de estética; me dice cuando no tiene nada más que hacer. Camino hacia la ventana, de la que cuelgan visillos blancos sueltos que se mueven con el viento olor a mar. Qué gracia tan peculiar es esta de poder despertar mirando hacia el infinito azul cada mañana.

Fotos de la serena http://www.flickr.com/photos/cgkemnis/