mayo 29, 2008

de naturalidad y otros pudores

Extrañas condiciones ocultas tenemos y extrañamente afloran sólo en soledad...todo valga la redundancia. Es quizás una forma de expresar lo que no se expresa en plural, para no dañar lo de la escencia (del post anterior).
¿Se puede ser seria y sexy? o ¿pesada y linda?...se puede fingir también, una de las dos o las dos, se puede intentar y caer en el intento.
Se puede hacer sonar la más insinuante melodía, las luces perfectas que realcen lo maravilloso de nuestro cuerpo, de nuestro pelo y de nuestra mirada, y como si los dioses movieran tus caderas simplemente te mueves a la perfección, al ritmo de la naturaleza y de sus ritos más ancestrales; sintiendote sexy, pensándolo, viviéndolo. Se puede mezclar aromas, rememorar historias o seres, reales o imaginarios, moverlos y manejarlos como marionetas en un teatro donde el único con voluntad es tu mente y tu deseo. Cualquier elemento será sexy, será el adecuado, será el correcto, el más hot, el más chic, el que te eleve en este rito de la perfección.
Se puede, sí que se puede, si se concreta al menos en la mente, se transforma en satisfacción, en la química necesaria, en la magia que se entrega, rompiendo todos los pudores y los prejuicios de las personas en sociedad. Sin culpas, la naturaleza se muestra.

valle en un día despejado

Insípida vida la mía. Predecible como un valle en un día despejado. Segura en cada paso a sabiendas del destino, de las concecuencias de mis acciones. Todo demarcado con distancias de seguridad, que me mantienen segura en este espacio predecible y sin acción. Una vida sin sabor, una vida sin aliño. Un tiempo plano en el que no quiero moverme otra vez, del que quiero salir. Explorar quizás, en búsqueda de mis gustos de mis pasiones, de los colores que deseo tiñan mi historia, colores por los cuales cada gran personaje en una novela es identificado. Quiero seguir mi línea pero sin ser dejada al pasar, al menos ser observada, quizás causar cierto interés, ser odiado o ser amado, pero al menos ser hablada, no quiero seguir en mi valle de día soleado, quiero verme recorrer montañas y ríos, quizás tener una causa, un motivo, una pasión por la cual seguir mi camino donde sea que me lleve. Quisiera ser de tantas formas, de tantos otros colores, no sé aún qué nos define, qué nos hace de tal o cual madera, talados de cual árbol, hay algo sin duda que nos define, que mantiene inmersa esa esencia que se manifiesta en las más y menos oportunas ocasiones del camino, que van dejando un rastro , un prejuicio, un reconocimiento, una estampa, un clamor repentino en la multitud. Me gusta estar sóla, vivir tranquila y segura, sin embargo me gustaría variar por un cambio, variar para variar. Quizás vivir un momento que lleve mi seguro caminar por un tiempo, hasta encontrar otro y así una y otra vez. Quizás contigo es más fácil, quizás contigo pueda arriesgarme o quizás tome tu mano con más fuerza y siga caminando más segura aún, por este valle en un día despejado.