mayo 25, 2008

No sé cómo será la relación con un psicólogo, no he pasado por aquella experiencia. Sin embargo de las técnicas de relajación o meditación se puede ver de todo. He conocido personas que para desestresarse salen a comprar lo que sea, no importa si no te gusta, solo importa que esté barato o en oferta o liquidación. Otras personas recurren a la televisión, buscando la abstracción en cualquier emisión llamativa que los mantenga con la mente en blanco, o también están los más profundos que buscan en los libros, en el teatro o en el cine historias de vidas que les den esperanza, que los reflejen o bien que sean más sufridas que la propia, siendo su catarsis vivir la vida de otros aunque sea unas horas. Otros buscan botar la preocupación en el eliminar del cuerpo la mala onda, le exigen a su cuerpo el máximo, y así simplemente alcanzan el cansancio, dejando lo demás de lado. Y así, millones de actividades que ayudan a olvidar lo que sea, olores, baños de agua caliente, dormir, incluso fármacos, amigos, alcohol, drogas, en fin.
Mi caso es el aseo. Cuando me siento triste o sola, y quiero cansarme pero no quiero hacer ejercicio sola, simplemente me da por limpiar, aspirar, lavar, barrer, y cuando eso no me calma opto por cambiar todo, los muebles, los libros, todo lo que esté a mi alcance, junto a la radio y algun programa donde se rían mucho de cualquier vanalidad.
Uno de esos días miré por la ventana y vi ese cielo santiaguino. Esos colores que te acogen y te confortan. Ojalá siempre pudiéramos ver esos atardeceres.