noviembre 15, 2007

Un día propio.



De la oscuridad de una noche eterna de pronto veo aparecer miles de luces que forman ante mis ojos y bajo mis pies una hermosa ciudad. Mientras mi emoción va en aumento, la tibia y rosada antesala de un nuevo día se roba la noche. Y como leí en un blogger amigo, "cuando uno visualiza un nuevo amanecer, desde un lugar preciso que ha buscado con ahínco, ese nuevo día es propio, te pertenece". Y así fue.

Cruzando la carretera que nos lleva de Roma a casa creo estar aún en mi cotidiano Santiago. El verde se parece un poco a los parajes del sur, donde está mi familia. Sin embargo, hay algo que no cuadra en esa situación. El calor se hace pesado cuando has cruzado el Atlántico sentado y sin posibilidad de ducha y bajo la presión psicológica que todos los medios de comunicación metieron en mi cabeza el último mes antes de mi viaje. Pero no estoy sola. Estoy feliz.

No es tan pequeño. Pienso mientras entramos a la ciudad que acogió a mi novio por tantos momentos importantes de su vida post escolar. Es muy bonito, podremos recorrerlo caminando después?. Volvemos a salir de la ciudad y nos encaminamos a casa que está en campagna. Un hermoso y tranquilo lugar. una casa imponente y con toques estéticos muy especiales. Con una vista privilegiada, sobre un valle con tonos verdes y amarillos.


Me encuentro en Amelia, Italia.

Una ciudad, antigua, como el resto del país. Una ciudad amurallada, una ciudad alta. Grandes rocas se unen formando los muros que protegían a sus ancestros. Callecitas muy angostas que te guían en armónico recorrido a la cumbre donde se encuentra su bella iglesia y su emblemática torre, llevándote certeramente a tu punto de partida inicial; su gran puerta romana. Mientras bajas observando sus casas intactas y pulcras, todas estéticamente alineadas sin insultarse entre sí, sin buscar mayor protagonismo que otra. Sus balcones floridos sostienen rostros curiosos que observan el pasar y ofrecen saludos amistosos que creo entender. Muchas miradas cansadas, muchas miradas sabias.


Al lado de un río, se alza Amelia, de un río semi seco por la estación del año. Amelia imponente mira a sus vecinos desde su gran roca y muralla histórica.
Para ver fotos de Amelia visita http://www.flickr.com/photos/cgkemnis/