junio 28, 2007

Por la Calle (extraído de On my Pocket)



Caminando bajando por la calle húmeda y desolada, un poco nerviosa un poco asustada.
Faltaba un poco, pero sentía sus pies cansados por los incómodos zapatos de tacón.
El vestido ya no le parecía tan hermoso ni tan ceñido ni tan coqueto, de hecho se sentía flaca cadavérica sin gracia y mucho menos hermosa, un poco nerviosa un poco asustada se decía que por eso nada llegaba a ella, que a ella no llegaría nadie.
A veces se agradaba, a veces creía agradar pero lloraba al ver que nada se concretaba. Claro que lloraba, pero corría la cara, limpiaba sus mejillas con las demás preocupaciones que estan destinadas a mantener sus días repletos de idénticos pensamientos ya muy recorridos y editados por sus personalidad interna, por sus cualidades no propias, por lo que quisiera tal vez ser, por lo que quisiera poder ser y tal vez y sólo tal vez así llegaría alguien a ella, a ella llegaría alguien.
Un poco nerviosa un poco asustada caminaba sin pasión por los rectángulos de la acera húmeda y desolada de la ciudad. Ya su cuerpo no le parecía hermoso, ya lejos de creer en ella y en sus encantos que seguro ya no tenía. Se sentía demasiado flaca demasiado fea. Nada de seguro llegaría a ella, a ella no llegaría nada. Ya ni el miedo de las calles nocturnas de aquel lugar la atormentaban, un poco nerviosa un poco asustada su mayor preocupación era aquella soledad permanente en su vida, aquella soledad acostumbrada en su cuerpo, aquella soledad distanciada de los demás, aquella soledad cómoda y sin sentido.
Cada paso le parecía más claro, y el dolor en sus pies ya casi no existía. Se sentía flaca cadavérica, nadie la miraría como ella quisiera en sus sueños, nadie llegaría a ella, a ella nadie llegaría. Un poco nerviosa un poco asustada seguirá caminando por la calle húmeda en sus zapatos de tacón y con su vestido no tan hermoso de fiesta que nadie miraría ya que nadie llegaría a ella, a ella nadie llegaría.

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